El 80

PROJECT / Portraits, Landscape, Still life

2017 -

South of Maracaibo Lake, Venezuela

(ENG)
With the geopolitical changes that took place in the region and the progressive deterioration of the economy, many lands like this one were fragmented and forcibly abandoned, dragging with them decades of rural labor and knowledge.

What was once a solid family enterprise founded in the ’40s, gradually faded amid threats, absences, and silence.

Today, the estate still stands, divided and diminished, far from what it used to be.

Through her gaze and her camera, the author returns to the place she knew as a child: El 80, as the hacienda was called for the kilometer where it was located, was much more than an agricultural property. It was a living space, full of voices, sounds, smells, music, animals, crops, a football field, a radio station, a school, and many memories.

This photographic project combines portraits, landscapes, personal texts, and images rescued from family albums to reconstruct the memory of a time when the Venezuelan countryside sustained much of the country.

At its core, this work is a way to resist forgetting. To say that yes, there was something there. That there were stories, labor, and beauty before the collapse.

It all began with a lottery ticket that her grandfather bought one ordinary afternoon—and won.

What began with a stroke of luck to found El 80, was later transformed by another stroke of luck, this time a misfortunate one.
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(ESP)
Con los cambios geopolíticos que se sucedieron en la zona y el progresivo deterioro de la economía, muchas tierras como esta fueron fragmentadas y abandonadas a la fuerza, arrastrando con ellas décadas de esfuerzo y saberes rurales.

Lo que alguna vez fue una empresa familiar sólida fundada en los años 40, se fue desdibujando entre amenazas, ausencias y silencios.

Hoy, la finca sigue en pie, dividida y venida a menos, lejos de lo que fue.

A través de su mirada y su cámara, la autora regresa a ese lugar que conoció desde niña: El 80, como se llamaba la hacienda por el kilómetro en el que se encontraba, fue mucho más que una propiedad agropecuaria. Fue un espacio vivo, lleno de voces, sonidos, olores música, animales, cosechas, un campo de futbol, una emisora de radio, una escuela y muchos recuerdos.

Este proyecto fotográfico combina retratos, paisajes, textos personales e imágenes rescatadas de álbumes familiares para reconstruir la memoria de una época en la que el campo venezolano sostenía buena parte del país.

Este trabajo es, en el fondo, una forma de resistirse al olvido. De decir que sí hubo algo allí. Que hubo historias, trabajo y belleza antes del colapso.

Todo comenzó con un billete de lotería que el abuelo compró una tarde cualquiera y lo ganó.

Lo que comenzó con un golpe de suerte para fundar El 80, cambió completamente por otro golpe de suerte, esta vez adverso.